ECUADOR Y ARGENTINA
Juan J. Paz y Miño Cepeda
Concluida la independencia, Ecuador (1822), con 500.000
habitantes y Argentina (1810), con unos 700.000, partieron
de situaciones parecidas. Tres regiones (Quito, Guayaquil
y Cuenca) enfrentadas como "potencias enemigas"
(Simón Bolívar) en Ecuador, pero más
agudos enfrentamientos entre las provincias y Buenos Aires,
en Argentina. Problemas territoriales con Colombia y especialmente
Perú, desde que Ecuador fundó su república
al separarse de la Gran Colombia (1830). Problemas territoriales
con Brasil y la autonomía de Paraguay y Uruguay,
en la historia argentina. El Ecuador, país rural
en el siglo XIX, con 90% de población india y mestiza,
básicamente sujeta al dominio y explotación
de familias criollas terratenientes. Argentina, hasta fines
del siglo XIX, país de gauchos, con haciendas, ganadería,
dominio oligárquico y tres cuartas partes de población
india y mestiza. Caudillos a la caza del poder, en ambos
países. Luchas entre federalistas y centralistas
en Argentina, hasta que la Constitución de 1853 consagra
el federalismo, al que adhiere Buenos Aires en 1862. Centralismo
unitario en Ecuador, como garantía para construir
su precaria unidad nacional.
Pero en Argentina hubo una temprana abolición del
mayorazgo, supresión del tributo, limitación
al poder de la Iglesia, liberalismo, influencia de intelectuales
(Echevarría, Alberdi, Mitre, Sarmiento) que quisieron
superar la "retrógada" herencia hispánica,
modernizar el país y hasta "europeizarlo".
Gobernantes como Mitre, Sarmiento y Avellaneda (entre 1862-80)
promovieron la educación, que redujo el analfabetismo
al 30%. Desde 1880 hasta la Primera Guerra Mundial (1914-18),
Argentina recibió cerca de 8 millones de inmigrantes
españoles y, sobre todo, italianos, que llegaron
a constituir más del 50% de la población de
Buenos Aires y que dinamizaron la economía. El país
recibió enormes capitales ingleses. Tendió
la red de ferrocarriles, amplió infraestructuras,
montó industrias, frigoríficos y se urbanizó.
En cambio, las capas dominantes de terratenientes, comerciantes,
banqueros y políticos ecuatorianos fueron incapaces
de promover un camino modernizador para el país,
cuyo atraso contrastó, desde entonces, con el progreso
argentino.